Me contaron que cuando la vida nos acorrala con situaciones por resolver, lo mejor es ordenar prioridades; eso permite visualizar los pasos a seguir y no morir en la desesperación de querer todas las respuestas en el momento. Por eso, después de una dura jornada en la facultad, mientras caminaba hacia la parada del colectivo, pensaba:
"Tengo examen... La extraño que no doy más...decía: de Filosofía Moderna y un par más, sí... ¿Habrá llegado bien a su casa?. La cátedra de Social General es un desastre, y yo acá cuando en realidad debería estar en al cama abrazada a ella... quizás no valga la pena venir, salir a las corridas, llegar tarde a la facultad y volver a la madrugada... y que para colmo se me termine la batería con lo que yo necesito hablar con ella. Y todo eso me enerva, porque en definitiva lo que necesito es...estar con ella, tener sus besos, sentir sus manos en mi piel; mirarla a los ojos, acariciarle el pelo, decirle que estoy enamorada, que quiero un futuro con ella... Es que es hermosa, jamás nadie me trató de esa manera, es la utopía de una historia de amor de los libros, pero hecha realidad. En fin, eso necesito."
Cuando dí por finalizada semejante reflexión, ya estaba en Lacroze, y me pasé el viaje como se me pasan los días: pensando en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario