Por si quedaba alguna duda de la ausencia esporádica de este mundo, que suelo practicar varias veces al día, mi mamá junto con Nano, organizaron una fiesta sorpresa por mi graduación. La excusa en principio fue "una cena con Manolo" pero como la cosa se había puesto demasiado formal, al punto de decirme que debía ir con camisa, maquillada y botas, Nano me pidió que me vista y me prepare en el consultorio porque la sorpresa era para Ana. De hecho, me di cuenta de que todo eso era para mí, recién cuando saludé a Alejandra...
GRACIAS a mi vieja y a Nano por organizar semejante cena, con tanto amor; gracias a cada uno de los que fueron, y participaron, porque sé que dejaron sus compromisos de lado para pasar un lindo rato conmigo...
A todos y cada uno, muchisimas gracias! fue una forma hermosa de cerrar un ciclo -que con sus cosas- fue maravilloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario