"...todos tenemos un discapacitado adentro" Vivi Canosa.
En el 2006, cuando Juan tenía 18 años, se encaminaba al título argentino de motocross en su categoría. Mientras realizaba entrenamientos en el circuito, tuvo una fuerte caída a alta velocidad en un salto en bajada. En aquel accidente, sufrió una lesión medular nivel torácico que le trajo como consecuencia una parálisis en sus extremidades inferiores. "Yo tuve la suerte de vivir la vida convencional y con discapacidad, y me quedo con ésta. Me ha enriquecido desde todo punto de vista. De hecho tengo la posibilidad de vivir un desafío constante" decía durante la entrevista Juan, que es un verdadero ejemplo de voluntad y superación.
Ellos, son dos abuelos que nos demuestran que no hay edad para ser solidario. Fabrican juguetes para niños carenciados de diversos comedores; Rita, experta costurera, realiza muñecas hermosas -con la colaboración de una de sus hijas que les pinta la carita- y Víctor, realiza con madera cochecitos pensando que quienes los usen puedan someterlos al agua, el barro y no se les arruinen. Demuestran la importancia de regalar tiempo, atención. En las palabras finales, Vivi sentencia: "Aquellos que viven experimentando con la energía del amor, siempre saben de que se trata la vida". Víctor y Rita, dos abuelos ejemplo de la unión, la solidaridad y la constancia de la vida.
Alan tiene 22 años y terminó sus estudios secundarios hace 3 años, y consiguió un titulo habilitante para ingresar a la facultad. La jueza Romina Tesone, titular del
juzgado 1 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la ciudad de
Buenos Aires, resolvió que la Escuela Jesús María de San Vicente de Paul “le extienda el correspondiente título oficial de finalización de sus estudios secundarios” a Alan. A su vez instó a que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires legalice el título de este joven, una vez emitido. Sin embargo todo esta paralizado dada la apelación que realizó el Ministerio de Educación. Todavía esperamos ese fallo histórico, todavía seguimos exigiendo el derecho de Alan.
En 1990 se quedó sin trabajo y tras buscar sin cansancio trabajo durante 7 años, se dio cuenta que la única salida era tener un emprendimiento propio, que costeó con la venta de su propia casa. En principio solo era un negocio de familia, hoy trabajan en el más de quince personas con discapacidad motriz como él. Hoy tiene 78 años, pero cuando era solo un pequeño de 10 tuvo un accidente que lo dejó postrado durante 3 años en un hospital. Con la figura de Evita -sin connotación política- lleva un estandarte de ayuda para quienes sufren como ha sufrido él. Saúl, "un valiente de la vida".
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