Este fin de año se cumple el aniversario número 10 de la publicación de algún fragmento de lo que me ha quedado del año y de una idea que me acompañó durante todo este tiempo: dar gracias y "pedir" -porque en realidad ya sabemos que es una decisión y como tal depende de nosotros- felicidad. Y todavía no encontré mejor idea.
Siempre hay tropiezos, alguna nostalgia, una noche de llanto; siempre algo nos cuesta, nos desilusiona y existe un lunes que casi no nos deja avanzar... pero acá estamos. Si hacemos el balance en diciembre es porque nos cargamos con los otros 11 meses superando lo que debamos superar. Quizás no como esperábamos, quizás algo cansados y hasta con un dolor encarnado en el corazón, pero estamos. Y para mí, entender eso es fundamental para seguir dando gracias, porque por sobre todo, en cada tropiezo alguien nos animó a seguir; alguien escuchó nuestras quejas y nos miró de manera compasiva; alguien del otro lado del teléfono logró hacernos sentir menos solos... a ellos gracias. Y a la vida, porque detrás de cada batalla, hay algo que nos querían enseñar...
Así quería dar inicio a mi balance, dejando todos los días una anécdota, una foto y un gracias para esos "alguienes" que estuvieron en un 2016 que no pasó desapercibido.
#Laura
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